lunes, 4 de mayo de 2009

La perversión de la memoria.



Me entristece y me enfada el ver lo selectiva que es la memoria en algunas gentes de la izquierda en la dictadura. De esos que tienen la vergüenza de hablar de “Isidoro” como si de una medalla se tratase para nombrar a el Señor Gonzalez que es como le debieran llamar, puesto que el dejo de ser hace mucho Isidoro.
Estos personajes que desde su militancia histórica, todos ellos se jactan de haber pasado por el Paris de los años 68, son de memoria frágil o selectiva. Ninguno de ellos recuerda, si es que estaban en Paris, las movilizaciones contra los últimos asesinatos de la dictadura franquista… los tres del FRAP y los dos militantes vascos Txiki y Otaegi. Hoy esos “desmemoriados” animan las posiciones mas retrogradas de eliminar todo vestigio de recuerdo de esos asesinatos. Quieren que las plazas que en Euskal Herria reivindican su memoria sean borradas del la memoria del pueblo vasco, que sus nombres sean reemplazados por palabras tan bellas como Paz o libertad. Se olvidan que aquellos cinco compañeros dieron sus vidas precisamente por las mismas.
Ensuciando todo lo que supone la memoria de aquellos luchadores se trata de llamarles terroristas para realizar tan tremenda agresión a el reconocimiento de la lucha contra la dictadura.
Estos “demócratas” en cambio en nombre de la cultura en la mayoría de los casos, no denuncian las calles que llevan el nombre de fascistas de todo tipo y sublevados contra el orden establecido de la republica.
Me reconforta que el alcalde de Amorebieta haya tenido el gesto digno de enfrentarse a tan terrible acto de memoria selectiva y reivindique el carácter de luchadores contra la dictadura de Txiki y Otaegi.
Podrán quitarle las placas de plazas y calles… podrán tratar de ensuciar su memoria. Pero en la memoria de nuestro pueblo… Siempre tendrán un lugar preferente.

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