martes, 15 de diciembre de 2009

Anti-capitalista, PERO DE VERDAD

Queremos construir una lucha de izquierda anticapitalista, que es incompatible con la gestión del capitalismo en sus diferentes niveles, local, nacional y estatal. Esta no es una afirmación de la izquierda ideológica que ha tenido toda la lógica del compromiso social con la burguesía que ha fracasado y ha allanado el camino a la derecha, a menudo en las peores condiciones para los trabajadores.
No es la lógica de quienes cuando han tenido un papel con los votos les daban oportunidad para ser asesores de izquierdas de los gobierno entraban a formar parte en los mismos y justificaban su participación en la idea de ser una izquierda influyente. Esta no es la lógica de aquellas corrientes que hoy producto de su minorización son críticos, pero que están esperando todo de unos resultados electorales, para influir en las instituciones y poder participar en los respectivos gobiernos. Para nosotras y nosotros la perspectiva de gobierno sólo puede darse en una dinámica de ruptura con la lógica y los intereses del capitalismo. Algunos gobiernos latinoamericanos han mostrado esta posibilidad. Pero sabiendo que esto no es conquistar a las instituciones que aplican una política de anti-capitalista a un cambio de sistema.
Nuestro punto de vista estratégico, por lo tanto, no eterno como si fuese una religión, teoriza nuestra oposición a la gestión y la no participación en órganos de gobierno entendiendo que dicha oposición es importante para el proceso de construcción política y desarrollo social de movimientos antisistema. Constitución de la izquierda en oposición porque sólo con la reorganización de las luchas y batallas por las necesidades y de los Derechos, se puede recuperar el lenguaje entendible con el que se identifiquen los oprimidos. Porque hoy ya, las posiciones de aquellos que aspiran a cambiar la sociedad sin tomar el poder y no pueden convencer ni crear ilusiones a los sectores mas desfavorecidos tras tantos años de pacto. Nos marcan que preferimos hacer nuestra, la frase de Rosa Luxemburgo, que propuso "tomar el poder del poder sin ser descubierto."
La lucha contra el capitalismo, por lo tanto, necesita una teoría de la revolución se puede hablar de esto y de una lógica de sus contrastes económicos y sociales que, entre otras cosas, en la crisis del capitalismo. Sirve principalmente para poner en cuestión las relaciones de producción, la explotación del trabajo y la gran propiedad privada, incluyendo nuevas formas de apropiación de la vida, el conocimiento y la sensibilización. Necesitamos una nueva reflexión sobre la propiedad colectiva, que no puede significar la nacionalización y la burocratización, que debe combinar instituciones democráticas capaces de garantizar el control de los hombres y las mujeres, la gestión colectiva, la finalidad social de la producción. La propiedad comunitaria puede ser ejercida a través de diversas formas: la autogestión, la cooperación, la nacionalización de las funciones públicas controladas democráticamente. Lo importante es que la propiedad común de los bienes públicos que requiere la participación, control, coordinación y planificación democrática. Y "El reto que enfrentamos requiere de una transformación social que acabe con la devastación del medio ambiente, la pobreza y la destrucción de valor que el capitalismo trae consigo.

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